Filosofía


Somos apasionados. Dos palabras justas que hablan de nosotros.

Disfrutamos lo que hacemos y eso nos obliga a hacer buenas elecciones, por ejemplo, el lugar donde vivimos.

Elegimos Cipolletti porque pensamos que el Alto Valle es una zona maravillosa para disfrutar y compartir las cosas que nos dan alegría. Nos referimos a las actividades al aire libre, a la posibilidad de ver el cielo siempre, a llevar caminando a nuestra hija al jardín de infantes y que las vecinas la saluden con una sonrisa, a tener la belleza de los ríos al alcance de la mano, a poder comer lo que da la tierra de la zona -aquí hay muchísimo más que manzanas y peras-, a disfrutar de caminar por una chacra en otoño, teñida de colores amarillos, y en verano, tan fresca y llena de aromas frutales.

Y de las opciones educativas que existen en todos los niveles, y sobre todo el superior.

Podríamos describirles más detalles de nuestra vida en Cipolletti, pero es mejor que lo vean ustedes mismos a través de las múltiples fotografías, videos y textos que iremos publicando.

Porque al fin y al cabo esa es la idea inicial de este espacio: contarle al mundo como es el lugar donde vivimos. Y que eso sirva para captar la atención de gente que no conoce nuestra región y tenga ganas de visitarnos, como turistas, como artistas, como hacedores de cultura, con fines comerciales.

Estamos seguros -porque somos bloggers y conocemos por dentro las nuevas redes sociales- que el blog traerá un fluído intercambio con mucha gente, de nuestra ciudad y de otros lugares. Y por sobre todas las cosas, sabemos que haciendo este blog estaremos haciendo nuevos amigos.


Hacer un blog sobre una ciudad que no lo tiene es recuperar un espacio


Cuando apareció internet en forma masiva para uso doméstico, el desafío era navegar por sus millones de conexiones tratando de llegar a un puerto interesante, algo que nos sirviera para informarnos o para ampliar nuestros conocimientos sobre algún tema.

Pero aquella internet rígida, unilateral, en la que no existía la posibilidad de que el receptor interactuara con el emisor, quedó en el pasado. Alguien pensó que sería mejor que las personas pudieran comunicarse entre sí, intercambiar contenidos y opiniones, hacerla más parecida a un diálogo que a un monólogo. Así nació la web 2.0. La misma red de siempre pero mejor usada.

No muchos años después de aquellos primeros pasos ya tenemos disponible esta segunda versión de internet: blogs, redes sociales, Google y sus decenas de herramientas, mails con capacidad ilimitada, Facebook, Twitter, Flickr, lectores de feeds y muchísimas cosas más que convierten a la experiencia de navegar en todo un desafío para los 20 millones de argentinos que tenemos acceso a internet. (Las estadísticas a nivel mundial son exuberantes, si te interesa podés empezar por Google).

Y a nosotros nos gustan los desafíos. Amamos lo nuevo. Porque nos impulsa a alcanzar nuevas ideas, nuevas formas de trabajo. Nuevos modos de pensar.

A los creadores de Cipolletti es un lugar nos apasiona esa sensación que fluye por las venas cuando descubrimos algo con belleza, algo extraordinario, algo cálido, algo que emociona. Y la reacción inmediata es tratar que eso perdure, que se mantenga en el tiempo para revivirlo cuando la visión desaparezca.


Entonces hacemos lo que mejor sabemos (donde el arte comienza a remontar vuelo): escribir el suceso, narrarlo, sacarle una foto, pintarlo en una tela, dibujarlo en la computadora o con un simple lápiz de carbón.


Y como estamos esperanzados en que esa energía que nos dió placer lo haga también con otras personas, automáticamente buscamos la manera de compartirlo. Es casi una necesidad, porque la energía que entregamos siempre regresa a su origen.

Para eso es la web 2.0

Para llegar más lejos y a más personas con aquello que experimentamos con nuestros sentidos y nos mueve el corazón.

Justificamos el proyecto Cipolletti es un lugar en la búsqueda que nos planteamos: crear una relación entre lo que vivimos y los demás.

Estamos interesados en crear lazos. En mostrar lo que somos y donde vivimos. En aprender de los demás. En crecer por dentro y por fuera. En hacer realidad la vieja frase deTolstoi: "Pinta tu aldea y pintarás el mundo".

También esperamos que nuestra iniciativa sirva para que otros se animen y hagan su propia experiencia.

Éste es el primer blog que habla de la vida de Cipolletti y sus habitantes.

No existe otro.

Y nos daría verdadero orgullo que en poco tiempo existan más versiones sobre Cipolletti, más blogs que también muestren con continuidad lo que pasa en esta esquina del mundo y que podamos linkearlos, visitarlos y comentar lo que publiquen.

Acá, en Cipolletti es un lugar los lectores tienen la puerta abierta para contar su versión de la historia: esperamos sus comentarios, sus fotos, sus mensajes. Esa es la verdadera función de este espacio.

El efecto

Personalmente me abstraigo con frecuencia pensando en el fenómeno que se da en la gente ante un estímulo escrito, gráfico o audiovisual. Es un tema apasionante porque es algo que vivimos a cada paso. Donde quiera que estemos recibimos un estímulo, y nadie pasa de largo ante un suceso inesperado. Esa magia interna, ese maravillarse ante una foto que nos hace más nuestro el entorno -por dar un ejemplo-, nos impulsa a crear este espacio.

Nos declaramos hechizados por imágenes reales y mentales, por historias de gente simple viviendo situaciones simples como tomar mate, por el sueño de un mundo mejor... eso, la imaginación.

Nos gusta observar. Y disfrutar de lo observado: de las formas, las líneas, las texturas, los espacios que nos regala la naturaleza urbana, esa que se respira por toda la ciudad. Sus árboles, flores y pájaros en comunión con las construcciones, los cables, los autos, las bicicletas. Amamos las bicicletas!!.

Esperamos que este blog sea un espacio de miradas hacia lo que tenemos delante de los ojos todos los días, una vuelta hacia lo cotidiano, lo sencillo y natural.

Muchas veces queremos transmitir sensaciones y sentimientos que no alcanzamos a expresar en plenitud usando palabras, y ahí aparecen las cámaras de fotografía o video, ahora también incorporadas al teléfono celular, que se encargan de hacerlo en millones de colores y formas.


Un ejemplo: mostrar el amor que muchos habitantes locales demuestran por la tierra fértil. Esa tierra húmeda que da trabajo a miles de personas. Acá aprendimos que la gente tiene amor por la tierra. De esa gente también daremos cuenta en nuestro blog.

Viviendo en Cipolletti es imposible no sentirse atraído por la energía que arrastran los ríos. En la ciudad confluyen dos: el bravo Limay y el Neuquén, que a pocos minutos del centro forman el ancho Río Negro. Eso también nos motiva.

Finalmente, nos gusta pensar que al publicar este blog estamos reflejando, en el plano personal, alguna conclusión a tantos años de intentos, idas y venidas. A nadie que tenga la mente lúcida se le escapará preguntarse de vez en cuando sobre el destino que le toca. Quien no habrá pensado si ese destino estará escrito o debe ser uno quien lo escriba. Realmente no tenemos una respuesta objetiva a tal cuestión. Pero aquí estamos, hablando de la ciudad donde nació nuestra hija, donde levantamos nuestra casa, y eso ya es bastante.


Después de tanto andar, descubrimos que Cipolletti...es un lugar, nuestro lugar en el mundo. Como aquella vieja película.


Y hasta acá llego por hoy.

Manténganse atentos, que la belleza suele ser efímera.


Capturen como sea ese instante, disparen la mente y escriban o saquen la foto, pero no la dejen pasar: pulso, imaginación, y a compartir.

Nuestro deseo extraordinario es seguir creciendo, aprendiendo, evolucionando.

Que prime la libertad.

Ariel Martínez
María del Valle Moreno


De nuestro laberinto
emerge un proyecto,
de este proyecto una
experiencia en común.
Cipolletti
es un lugar
es un antídoto
para el aislamiento.
Su propósito es el eco.
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